Mediante una acción de tutela, distintas ciudadanas y ciudadanos, miembros de organizaciones sociales, estudiantes y docentes solicitaron al Tribunal Superior de Bogotá que proteja sus derechos fundamentales a la protesta, la vida, la integridad personal, la libertad personal, el debido proceso y a no ser sometidas a desaparición forzada. Entre las y los accionantes se encuentran víctimas de abuso policial, periodistas y personas que han visto vulnerado o amenazado su derecho a la protesta, acompañadas por varias organizaciones de defensa de derechos humanos y por la campaña Defender la Libertad. Con la acción se busca que se ordene al Presidente de la República, al Ministro de Defensa, a la Ministra del Interior, al Alcalde Mayor de Bogotá, al Director General de la Policía Nacional y al Comandante General de la Policía Metropolitana de Bogotá que instruya a la Policía Nacional -incluyendo al Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD)- en el sentido de maximizar el respeto y garantía del derecho fundamental a la protesta a través de prácticas afines con un Estado social y democrático de derecho.
La forma como la Fuerza Pública, específicamente la Policía Nacional, acompaña e interviene en protestas y movilizaciones pacíficas en Colombia evidencia un historial preocupante de repertorios de violencia que atentan contra derechos fundamentales. La disolución sistemática, arbitraria e injustificada de protestas pacíficas, la utilización indebida de armas potencialmente letales, el uso innecesario de agentes químicos irritantes para la dispersión de manifestaciones y la utilización improcedente de mecanismos policiales para detener a manifestantes que únicamente ejercen el legítimo derecho a protestar, generan un ambiente de temor y zozobra que amenaza el ejercicio del derecho fundamental a la protesta y otros derechos asociados. Si a eso se suman las prácticas de estigmatización y militarización de la movilización, lo que aparece es un sistema de represión que desincentiva la participación ciudadana a través de la protesta, la cual se entiende desde un enfoque de afectación al orden público y no como el ejercicio de un derecho fundamental.
Algunos de los hechos que demuestran la existencia de prácticas sistemáticas de vulneración al derecho a la protesta y otros asociados son:
Para evitar que esto siga ocurriendo se han intentado diversas acciones de interlocución con las autoridades, se han desarrollado ejercicios de veeduría en terreno y se ha solicitado la investigación, juzgamiento y sanción de los responsables por los hechos más graves. Hasta la fecha la respuesta no ha sido otra que mantener el modus operandi y, en algunos casos, escalarlo. Por eso las y los accionantes acuden a la justicia a través de una acción de tutela y solicitan que se tomen medidas para:
Bogotá, 16 de diciembre de 2019
Foto: Cortesía de Dejusticia.