Alix Fabián Vargas Hernández fue un joven nacido en Bogotá, hijo de Ilba y Jorge. Era una persona trabajadora, honesta y con un vínculo muy cercano a toda su familia. Sus sobrinos lo consideraban como su segundo padre y su mejor profesor de fútbol.
En 2008, y teniendo 25 años, Fabián se trasladó a Tunja para trabajar en la terminal de transportes. En dicho lugar habían desaparecido varias personas que fueron presentadas luego como muertos en combates por el Ejército.
Entre el 7 y el 8 de agosto de 2008, Fabián fue desaparecido forzosamente y asesinado por militares adscritos al Grupo de Caballería Mecanizado No. 1 "José Miguel Silva Plazas", quienes reportaron los hechos como una baja en combate ocurrida en el corregimiento de Susa (Onzaga - Santander).
Esta es una carta que su familia le escribió para el aniversario número 16 de su asesinato.
Dolor es la palabra correcta con la cual tenemos que comenzar.
Han transcurrido 16 años, 192 meses, 832 semanas, 5840 días, 140.160 horas, 8'409.600 minutos y 504'576.000 segundos, y nos tocó aprender a vivir el día a día sin ti, sin tu risa, sin tu picardía, sin tu amor, sin tus abrazos. Nos robaron el privilegio de escuchar tu voz. Duele, no imaginas cuánto duele.
Han pasado tantas cosas que tenías derecho de vivir a nuestro lado. Los y las niñas de ese tiempo ya son hombres y mujeres hechas y derechas, con logros alcanzados y con muchos sueños por cumplir. No te olvidan, siempre estás presente en sus vidas.
Han llegado personitas preciosas a nuestras vidas: bisnietos/as, nietos/as y sobrinos/as a quienes privaron de poder compartir contigo tantos momentos bellos y llenos de enseñanzas porque eres un ser con demasiadas virtudes y mucho conocimiento.
Quisiéramos tener tu fuerza, tu valentía, tu tranquilidad para solucionar cada situación que se presenta. No ha sido para nada fácil tener que enfrentarnos a la vida sin ti; hemos tenido que ser fuertes, valientes y berracas para afrontar situaciones desconocidas después de tu partida, pero ten la certeza que por ti seguiremos adelante demostrando tu inocencia y gritándole al mundo entero que fuiste eres y seguirás siendo nuestro motor.
Te amamos, Fabi.