Palabras de Marcela Peñaloza Rojas, hija del docente, concejal de Soacha, líder social y político Julio César Peñaloza, quien fue víctima de un atentado dirigido contra el candidato presidencial Luis Carlos Galán el 18 de agosto de 1985.
Esta carta la leyó Marcela durante la socialización de un informe que entregó la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) y familiares a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en mayo de 2022, que documenta la existencia de una estructura criminal conformada por organismos de inteligencia del Estado y paramilitares que planearon, ejecutaron y encubrieron asesinatos y desapariciones de personas defensoras de los DD.HH. en Colombia, incluyendo a Julio César.
Buenos días para todos y todas. El día hoy [26 de mayo de 2022] vengo en representación de la familia Peñaloza Rojas; tres mujeres que se debieron forjar con carácter a raíz de la guerra en Colombia, tres mujeres que estamos acá representando, seguramente, muchas más familias que al igual que nosotras crecieron sin esa figura masculina.
No podría continuar sin mencionar quién fue Julio César Peñaloza. Muchos pensarán: “pero es que era solo una bebé”, y claro, no lo conocí, y sin conocerlo me he recorrido las calles portando su foto todos los 9 de abril, sin conocerlo me atreví a iniciar un proceso jurídico en contra del Estado y sin conocerlo estoy acá ante todos ustedes para ratificar que la lucha continúa. Julio César Peñaloza fue ese hombre que por donde caminaba tenía un abrazo de alguien, un tinto, un beso; fue ese hombre que le apostó al deporte y a la cultura; fue ese hombre que representó a su pueblo en los juegos nacionales; fue ese hombre que le faltaba muy poco para terminar su carrera de Derecho si esas balas no lo hubieran alcanzado aquella noche; fue un hombre que a su corta edad soñaba con un país distinto, con el mismo que soñamos nosotras y el que soñamos para nuestros hijos.
Hoy ante ustedes puedo decir que estos largos años de ausencia de ese gran hombre nos han dejado saber que la muerte misma también se clasifica, y lo menciono porque mi padre, como lo dice uno de los documentales, fue la sombra del mártir, no porque las otras personas sean menos importantes, sino porque el mismo pueblo por el que luchó año tras año también lo fue olvidando. Fueron estas tres mujeres que ustedes ven acá las que jamás permitimos que su legado quedara en el olvido.
Hoy nuestro gran anhelo es que el Estado, sus fuerzas militares, la Policía Nacional y Colombia también se enteren de su participación, no solo en el asesinato del gran líder que fue Luis Carlos Galán, sino que al pueblo de Soacha también le arrebataron un gran líder.
Estas tres mujeres no corrieron la fortuna de tener un apellido que nos permitiera vivir en dignidad, pero acá estamos con más fuerza que nunca para seguir por el camino de la verdad, la justicia y la reparación integral que les pedimos a ustedes hoy, jueces. Primero, la importancia de la verdad, Colombia necesita sanar esa profunda herida que le ha dejado la guerra; dos, que nos ayuden a esclarecer qué grupos legales e ilegales en Colombia se beneficiaron del asesinato sistemático de las y los defensores de derechos humanos; tres, que una vez se esclarezca la verdad Colombia entera pueda saberlo.